Muerte.
Las lágrimas que van brotando como la tormenta que hace mucho no pasaba por esta ciudad, con la enjundia con la que se vomita por no parar el eco en mute del llanto, y lo agudo del sollozo. Me saque el alma de las entrañas y la puse frente a mí para decirle que vos ya te fuiste. Que el olor a pútrido llego hasta la atmósfera. Me siento huérfana de ti. Me siento huérfana a tus cejas fruncidas, a tu mirada sáxea, a la vibración de tu laringe y a tu corazón en pausa. Uno nunca esta listo para enfrentarse a si mismo, y cuando un puñado de ciertas catastróficas semejanzas clavan una estaca en la herida fresca atravesando la epidermis, las arterias y los huesos... Hasta que no haya cuerpo, hasta que no haya sangre circulando, sino alcohol. Un día amas y al segundo y medio los entes del pasado te acorralan, en la esquina nostálgica y agria del recuerdo y el vacío. "Porque hay en ello una fuerza dormitiva, cuya naturaleza consiste en acontecer los sentidos". Como t...